El dominio del lenguaje
Quien no domina su lenguaje se expresa con dificultad y, por tanto, es incapaz de pensar correctamente muchas veces. Participará en la sociedad de una forma limitada e intercomunicará de un modo menguado, estará incapacitado para entender este mundo lleno de preciosos símbolos.
Quien es incapaz de expresarse con sinceridad, le resultará su propio interior muy oscuro, y no se podrá conocer en su totalidad nunca.
El lenguaje tiene que resultarnos tan familiar como nuestra propia casa. No siempre utilizaremos todas las habitaciones, cada una tiene una función. El sótano, el lavadero, el patio de tender la ropa (seria la jerga) Y la sala junto a la chimenea en los sitios fríos (podría ser la pasión), las duchas largas de agua caliente que te das acaparando el baño donde te limpias es en el lenguaje, la emoción del desahogo. Para la sala de los invitados dejas el lenguaje elevado si estos son cultos, y si no, utilizas lenguaje sencillo y coloquial, en el dormitorio hablas poco o haces confidencias con tu familia. Por toda la casa te moverás con familiaridad, hagas lo que hagas en ella, comerás en el comedor y, cocinaras en la cocina, dormirás en el dormitorio y jugaras en el patio.
Con el lenguaje ocurre lo mismo, hay distintos estilos, niveles, es necesario dominarlos todos, cada uno de ellos con mucha serenidad y naturalidad.
Si siempre te expresas correctamente en todos los ámbitos, adquirirás estilos o maneras y podrás desenvolverte con sencillez en cualquier situación. Lo que se ha adquirido con esfuerzo llegará a ser una segunda naturaleza, siempre con naturalidad, sin ostentación.
El lenguaje es la presentación de una persona, dice o desdice de ella y el mejor camino hacia la cultura.
Amparo Chust
Muy bueno. Hacia tiempo que algo tan simple no me llamaba la atención. Me ha gustado. Un saludo