La importancia de la Monarquía y porque no estamos aquí por casualidad
Mas allá de la transición y del 23F ¿Que supone la Monarquía para la sociedad Española?
Ayer nos sorprendía la noticia de la abdicación de su Majestad el Rey Juan Carlos I, no por repentina era menos esperada, por su avanzada edad, su delicado estado de salud y la “tormenta perfecta” de problemas que sacudieron los cimientos de la institución en los dos últimos años.
La figura del monarca siempre ha estado vinculada de una forma muy intensa a la complicada y encomiable transición española. Pero los jóvenes que no vivimos este periodo histórico ¿Cómo vemos a la monarquía? ¿Entendemos su significado y lo que supone para España?
Los tiempos cambian y a medida que nos alejamos de la dictadura, del golpe de estado del 23F y de la transición, la institución puede perder valor, respeto y sobre todo empatía y comprensión ciudadana. Por ello es de vital importancia pasar pagina, promover este relevo generacional y abrir la nueva etapa con un perfil diferente. Pero lo más importante es hacer pedagogía de lo que supone una Monarquía Parlamentaria para España.
Lo más importante y la base de todo lo demás es que los jóvenes tengamos muy claro que no estamos aquí por casualidad, que sin la lucha de la monarquía por desmantelar el Franquismo, poner de acuerdo a la sociedad Española (comunistas, centristas, falangistas…) parar un Golpe de Estado y aprobar la Constitución de 1978 no estaríamos donde estamos. Por lo que le debemos literalmente la modernidad que damos por supuesta sin la conciencia de lo mucho que costó conseguirla.
En referencia a las voces que claman por su abolición en relación a la carga presupuestaria decir sin tapujos que la Monarquía nos sale barata, incluso me atrevería a decir que esta institución “nos sale a devolver” si la observamos desde una perspectiva Coste – Beneficio. Cada español aporta menos de 19 céntimos al año, una cantidad irrisoria si la comparamos con los beneficios económicos que la mediación internacional de la Casa Real supone para la conocida como Marca España, para nuestra economía, nuestras empresas y su impacto internacional.
Nos hemos acostumbrado a ver a los miembros de la Casa Real en viajes oficiales a Emiratos Árabes, Estados Unidos, India, China etc. Lo que no nos hemos detenido a observar es que junto a ellos viajan grandes delegaciones de empresarios españoles que aprovechan la importancia, los contactos y la buena imagen internacional de la institución para cerrar importantes negocios que dan trabajo a miles de españoles, el AVE la Meca-Medina o el metro de Riad son solo algunos ejemplos de negocios cerrados en estos viajes de trabajo.
Ante esta afirmación podemos caer en la tentación de afirmar que un buen ministro de exteriores puede perfectamente asumir este tipo de labores, pero a mi juicio, por muy solvente, formado y capacitado que se encuentre, su mandato siempre es finito, por lo que el siguiente tendrá de nuevo que forjarse estas relaciones internacionales y ganarse la confianza de los dirigentes extranjeros y aún así siempre accederá a su homologo, nunca a los escalones más altos de la jefatura del estado donde obviamente la influencia es mayor y por consiguiente el poder de decisión sobre nuestras empresas.
Los mismos que hablan del supuesto lastre presupuestario que supone la monarquía hablan de tender hacia el modelo Francés, afirmación que deja entrever una falta de información en cuanto a la estructura y asignación económica del país vecino. En Francia la Jefatura del Estado la ostenta el Presidente de la República que en términos diplomáticos sería el homologo de su Majestad el Rey, y las tareas de gobierno son encomendadas al Primer Ministro, lo que viene a ser en España el presidente del Gobierno. Pues bien, la asignación solo de la Jefatura del Estado en Francia en millones de Euros es diez veces superior a la Española. Ver Gráfico.
Aparte del tema económico, el debate más social que se plantea en estos momentos es de la figura de la propia institución, “su encaje arcaico en tiempos modernos” se percibe a la Monarquía como una institución latente en un limbo atemporal, sin un papel relevante ni un significado claro, nada más lejos de la realidad como acabamos de observar.
Ojala pudiésemos prescindir algún día de la Monarquía, de sus valores, de su trabajo y de sus relaciones internacionales, eso querría decir que somos un país potente, con una democracia solida, madura, una democracia a la Americana, con un sentimiento de país unido y una conciencia nacional clara. Este contexto tiene que llegar algún día, deberá abrirse un proceso de debate constitucional y de modelo de estado, basado en criterios pragmáticos, técnicos y de eficiencia, y dejarnos las vísceras y las ideologías en casa. Pero ahora no es el momento.
Y no es el momento porque la idiosincrasia actual de España no nos hace tendentes a asumir un modelo de estado como EEUU o Francia (nada me gustaría mas) pero en lugar de tener esa clara idea de nación y de estructura de estado para abrirnos al exterior y defender a capa y espada nuestros intereses, estamos sumidos en debates de regionalismos cainitas y en tontos complejos sobre España su modelo y su bandera.
Por lo que seguimos necesitando de una figura ajena a colores políticos, una figura que pueda coordinar y resolver hipotéticos vacíos de poder, una figura que proteja y guarde el modelo de estado ya que la inmadurez política de nuestra democracia no es capaz ni de ponerse de acuerdo en algo tan básico, un “comandante en jefe” de nuestras fuerzas armadas ajeno a intereses partidistas y electorales.
El día que dejemos de ser como somos, el día que tengamos claro que democracia y que modelo nacional queremos para España, el día que nuestro país sea lo primero y nuestro ombligo lo segundo, el día que seamos capaces de tener una imagen impecable en el exterior para nuestras empresas, podremos plantearnos ciertos debates, y será buena señal porque querrá decir que hemos entrado en el club de las “democracias maduras”
Hasta entonces, Gracias Majestad y Bienvenido Felipe.
Ignacio Carratalá Belloch
Presidente de Nuevas Generaciones de Torrent