Cerca de 60 personas participaron en el acto que llevó la rama del almendro florido desde la parroquia de San Luis Bertrán hasta la parroquia de la Asunción
Torrent celebró anoche la tradicional Entrada de la Flor, un acto multitudinario característico de la cultura torrentina donde se mezclan tres culturas: la grecorromana, representada por la presencia y el culto a la rama de almendro como bienvenida de la primavera; la cultura islámica, representada por la presencia de la pólvora, el fuego y el ruido que acompañan la rama durante todo el trayecto; y la cultura cristiana, la heredera de toda la tradición anterior, representada en la devoción y el culto a la Virgen del Rosario.
El día comenzó con el corte de la rama del almendro en flor. A las 8 de la mañana, clavarios y vecinos de Torrent se dirigieron a cortar la rama que por la noche ofrecerían a la Virgen del Rosario, a continuación, la transportaron a la parroquia de San Luis Bertrán donde estaría hasta la celebración de la ‘Entró. Después se celebró el tradicional desayuno y almuerzo en la Caseta del Rosario.
Por la noche, los participantes inscritos replegaron los cohetes y se dirigieron a la parroquia de San Luis Bertrán y antes de comenzar el acto hicieron una oración corta. A las 21.00h, comenzó la Entrada de la flor, desde la parroquia de San Luis Bertrán donde la rama del almendro se puso en camino acompañada por el sonido y la luz de los cohetes para llegar a la parroquia de la asunción donde se hizo la bendición de la rama y la ofrenda a la Virgen del Rosario.
Todos los participantes son poseedores de certificado CRE (Consumidores Reconocidos como Expertos), obligatorio para poder participar en el acto. Además, desde la cofradía de la Virgen del Rosario se da información durante todo el año de las fechas para hacer el curso que se necesita para la obtención del certificado CRE en las diferentes modalidades.
Este año cerca de 60 personas dispararon más de 2.400 cohetes durante la Entrada de la flor. Como punto final, casi 2.600 cohetes sueltos dentro de la jaula ofrecieron el espectáculo de la cordà, un fin de fiesta llena de luz, sonido y color.