A raíz de la denuncia pública que publicamos en nuestras redes sociales por una supuesta plaga de loros que nos hicieron llegar, una bióloga y un activista, han querido dar su opinión al respecto de este caso.
Por una parte, Diego Nevado Martínez, activista por la liberación animal, indica que se puede gestionar todo de forma ética y solo hay que tener una mínima voluntad en lugar de querer enseguida hacer de esos animales un problema. «Basta ver los comentarios de la publicación, para entender que la gente tiene sensibilidad y no considera que las aves sean un problema, pero encima, tampoco se aporta en la publicación ningún fundamento ni se habla de un solo problema que hayan causado estas aves aportando pruebas» afirma con contundencia.
Rosa más, es bióloga y voluntaria de la asociación Feumve que lucha por un menú vegano de calidad en todos los colegios y los derechos de la infancia vegana puesto que hoy en día, el veganismo es más fácil que nunca y con alternativas de todo tipo. Respecto a los loros cuya publicación se hizo en redes sociales, indica que no se corresponde con la realidad la afirmación de que acaben con otras especies o sean una plaga y por otra parte, indica que más bien parecen ser cotorras añadiendo este texto:
Si bien las cotorras han sido catalogadas como especie invasora por tratarse de animales que se encuentran alejados de su área habitual de distribución, en hábitats que no les son propios y con una abundancia inusual, eso no implica que causen daños. De hecho, existen estudios que demuestran que la presencia de las cotorras en nuestros espacios verdes no es tan perjudicial como se temió en un principio.
“Un estudio liderado por la Estación Biológica de Doñana EBD-CSIC halla que los nidos de las cotorras argentinas son utilizados por especies nativas de forma beneficiosa y que se producen eventos de colaboración entre especies para hacer frente a depredadores.”
“Habitualmente, se ha culpado a las cotorras argentinas del declive de los gorriones, lo que hace interesante esta aseveración de los investigadores: «En una misma colonia pudimos contar hasta 35 nidos de inquilinos, mayoritariamente gorriones, que junto con sus cotorras hospedadoras formaban una enorme comunidad interespecífica en un sólo árbol»
“En Madrid, concretamente, “un gran número de parejas de paloma zurita y grajilla, especies que presentan poblaciones reducidas, crían en nidos de cotorras», explica el investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales Guillermo Blanco.”
En consecuencia y a tenor de las nuevas investigaciones, se hace necesario un estudio pormenorizado para determinar el impacto causado por la población de las cotorras en los espacios urbanos y periurbanos.
En el hipotético caso en el que se demostrase un daño real y por ende, la necesidad de una gestión de las poblaciones de estos animales, en ningún caso son aceptables métodos que impliquen la muerte de los animales, pues existen alternativas de control éticas, como el control de las puestas y esterilización de las mismas.
Esta técnica consistirá en la esterilización de huevos y colocación de nuevo en el nido que de manera imposibilite una segunda puesta. La manipulación de las puestas se ha demostrado eficaz para reducir la tasa de renovación y el consecuente incremento de la población de cotorras.
Tampoco se han reportado casos de zoonosis (enfermedades propias de los animales transmitidas a los humanos) ni impacto de enfermedades sobre otras especies.
En realidad, dentro del catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras solo se deberían incluir «aquellas especies o subespecies exóticas invasoras que constituyan una amenaza grave para las especies autóctonas, los hábitats o los ecosistemas, la agronomía o para los recursos económicos asociados al uso del patrimonio natural» (artículo 64.1 de la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad).
Y se da la autorización a las autoridades competentes para que puedan efectuar métodos y condiciones de captura para el control y gestión de esas especies (artículo 10 del Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, por el que se regula el Catálogo español de especies exóticas invasoras.). Medidas de control poblacional que deberán llevarse a cabo «teniendo en cuenta criterios de selectividad y bienestar animal» (artículo 10.5 del citado Real Decreto).
Según el REGLAMENTO (UE) No 1143/2014 DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO de 22 de octubre de 2014 sobre la prevención y la gestión de la introducción y propagación de especies exóticas invasoras sobre la prevención, gestión y propagación de especies invasoras, se cita lo siguiente:
– «Deben tenerse en cuenta métodos no letales «
– «Se deben tomar las medidas necesarias para ahorrar a los animales durante el proceso un dolor, angustia y sufrimiento evitables «
No cabe duda alguna de que en la sociedad actual avanza un creciente sentimiento de empatía y respeto hacia los demás animales basado en sus abundantemente demostradas capacidades emocionales, cognitivas y sociales, lo que nos lleva a revisar las relaciones que mantenemos con ellos y el trato y la consideración que les otorgamos y que se releja en las normativas, que han dejado de clasificarlos como cosas para catalogarlos como seres sintientes, reconociendo la necesidad de adoptar medidas legales que no solo eviten su maltrato, sino que garanticen sus Derechos por lo que en el caso que nos ocupa, se deberá gestionar en el caso de que haga falta, de manera ética atendiendo al bienestar de los animales y la propia naturaleza.
Por otra parte, Diego Nevado Martínez zanja «Hemos visto lo que dicen las personas expertas en el tema por lo que tratemos a los animales con el respeto que se merecen ya que no hay ningún motivo para seguir usando a ninguno para ningún fin y todos para dejar de hacerlo y por ello, llevo años siendo vegano sin privarme de nada más que de hacer daño por todos los lados ya que es lo mínimo si tienes compasión» afirma.
