A las 18:07 horas, una densa fumata blanca emergió de la chimenea de la Capilla Sixtina, señal inequívoca de que el cónclave había alcanzado un acuerdo. Minutos después, el cardenal protodiácono Dominique Mamberti anunció desde el balcón central de la Basílica de San Pedro: «Habemus Papam». El nuevo Sumo Pontífice es el cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, quien ha adoptado el nombre de León XIV, convirtiéndose en el 267º Papa de la Iglesia Católica y el primero nacido en Estados Unidos.
Nacido el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Prevost es hijo de Louis Marius Prevost y Mildred Martínez, de ascendencia española. Además de su nacionalidad estadounidense, posee la peruana desde 2015, reflejo de su estrecha relación con América Latina, donde sirvió como obispo de Chiclayo durante nueve años .
En su primera aparición como Papa, León XIV lució vestimentas tradicionales, incluyendo la estola bordada y la muceta roja, marcando una diferencia con la sobriedad de su predecesor, Francisco. En su discurso, abogó por la paz, la unidad y el amor incondicional de Dios, destacando la necesidad de construir puentes mediante el diálogo.
La elección de León XIV ha sido recibida con entusiasmo en diversas partes del mundo. En Estados Unidos, el Empire State Building se iluminó con los colores dorado y blanco del Vaticano en honor al nuevo Papa.
En Torrent, las parroquias hicieron sonar sus campanas en señal de júbilo tras el anuncio oficial. Además, el Ayuntamiento proyectó en su fachada una pantalla conmemorativa.
Con la elección de León XIV, la Iglesia Católica inicia una nueva etapa bajo el liderazgo de un Pontífice con profundas raíces americanas al nacer en EEUU, haber dedicado gran parte de su vida en Perú y una trayectoria marcada por el compromiso pastoral y el diálogo intercultural.