“No quería estar fuera de Torrent, porque yo estoy empadronada, y a mí eso no me lo va a quitar ni Pedro Sánchez ni el que venga.” vecina del Xenillet.
La mañana de hoy ha comenzado en Torrent la demolición de las 45 viviendas más afectadas por la Dana del pasado 29 de octubre. El inicio de los trabajos, que ha contado con la presencia de la alcaldesa, autoridades municipales y numerosos vecinos, ha estado marcado por la emoción y la reivindicación de los afectados, que han compartido con los medios de comunicación sus vivencias y su incertidumbre sobre el futuro.
Entre los testimonios recogidos destaca el de Francisco González, vecino de Torrent, quien no pudo contener la emoción al recordar todo lo perdido:
“Muy mal, muy mal… porque hay unos recuerdos de 50 años ahí. Ahí murió mi madre. Entraba a su habitación y hablaba como si estuviera. La pena es esa, que se ha ido todo”, relataba conmovido.
Francisco, que actualmente vive en Manises junto a su familia, insistió en que su arraigo con Torrent sigue intacto:
“Yo soy de Torrent, nací en la calle Santa Lucía, igual que mi madre y mi abuelo. Mi hijo también se siente de aquí, y aunque ahora estudia en el Tirant lo Blanc, lo traigo cada día a Torrent. A las seis de la mañana ya estamos en marcha, pero no me importa. Él dice que es de Torrent y aquí quiere estar.”
El vecino agradeció la rápida actuación de los servicios de emergencia y la solidaridad de la ciudadanía durante los días posteriores a la catástrofe:
“Desde que nos evacuaron al polideportivo hasta que estuvimos en Picassent, siempre estuvieron ahí. Nos trajeron comida, ropa… No puedo hablar mal de nadie, al contrario. El pueblo de Torrent y la gente de España se volcó.”
Sobre el momento del desastre, su recuerdo es estremecedor:
“Nos avisaron a tiempo y salimos corriendo. A los cinco minutos, giré la cara y vi cómo un coche impactaba contra mi casa y la reventaba como si fuera de papel. La presión del agua lo destrozó todo. Mi mujer está con depresión y yo intento ser fuerte delante de mi hijo, porque lo perdió todo: su consola, su ropa, su habitación… verlo así duele.”
También tomó la palabra Ana Molina Raya, vecina del barrio del Chenillet, que perdió por completo la vivienda que sus suegros levantaron en 1964 y en la que nació su marido:
“Siempre hemos vivido muy bien y no esperábamos que esta desgracia pasara. Yo pienso que el Estado tiene que darnos una solución, porque de la manera que estamos viviendo, tanto yo como mis vecinos, es un sin vivir. Pedimos una estabilidad, la que teníamos aquí, que éramos felices, no hay más.”
Ana relató que no ha podido recuperar absolutamente nada de su casa:
“¿Ha podido sacar algo? Nada. ¿Ninguna foto ni nada? Nada. Hasta las cenizas de mi suegra se fueron.”
Actualmente, la vecina se encuentra realojada en Torrent y defendió su derecho a permanecer en el municipio donde siempre ha residido:
“Yo me negué a irme de donde estoy empadronada. No quería estar fuera de Torrent, porque yo estoy empadronada, y a mí eso no me lo va a quitar ni Pedro Sánchez ni el que venga.”
La jornada, marcada por la mezcla de tristeza, recuerdos y la esperanza de una pronta solución, ha puesto de relieve la urgencia de atender a las familias afectadas, que reclaman apoyo institucional y estabilidad para poder rehacer sus vidas tras perderlo todo.












Deja un comentario