La almendra europea: el producto sostenible que combate la erosión en las lluvias torrenciales y ahorra agua en la sequía
- En uno de los años más lluviosos de las últimas décadas en la Península Ibérica, el almendro ha demostrado sus efectos beneficiosos para preservar los suelos, especialmente en laderas y zonas en pendiente.
- Un 79% de las más de 800.000 hectáreas de este cultivo en España y Portugal se encuentran en régimen de secano, lo que también ayuda a combatir las sequías crónicas en diversas zonas de estos países.
Tras una de las primaveras más lluviosas que se recuerdan, la Península Ibérica ha pasado a temperaturas récord, que recuerdan que grandes zonas de este territorio están sometidas a sequías crónicas y altos riesgos de incendio, sobre todo en verano. Esto supone todo un reto para el sector agrícola, pero lo cierto es que existe un cultivo sostenible y típicamente mediterráneo que puede tener efectos positivos en estas tres amenazas: la almendra europea.
Esta se posiciona como un referente de sostenibilidad, gracias a un modelo de producción como el europeo, que no solo garantiza la calidad del producto, sino que también protege el medioambiente. En un contexto de creciente preocupación por el cambio climático, la desertificación y la escasez de agua en España y otros países del Sur de Europa, este fruto seco típicamente mediterráneo emerge como una solución natural y eficaz para enfrentarse a los desafíos medioambientales del presente y del futuro.
Sobre todo, a la desertificación que amenaza a la Península Ibérica, que tiene unos 9 millones de hectáreas en riesgo “alto” o “muy alto”, según el Ministerio para la Transición Ecológica. Las sequías prolongadas y la erosión del suelo son dos de los factores principales en este proceso. En cuanto al segundo, la pérdida media anual de suelo agrícola en España está en torno a las 30 toneladas hectárea/año, cuando el máximo tolerable rondaría las 2 y las 3 toneladas hectárea/año, según dicho Ministerio.
Sin embargo, en regiones donde las lluvias torrenciales son cada vez más frecuentes, los cultivos de almendros actúan como una barrera natural que protege la tierra. Una función especialmente relevante en laderas en pendiente, donde se sitúan muchos almendros en España.
De hecho, un estudio europeo llevado a cabo en 2008 en la Región de Murcia y en Italia, descubrió que este árbol “es capaz de proteger el suelo en zonas de la cuenca Mediterránea y similares, que presentan un riesgo elevado de degradación”. Los responsables del proyecto apuntaron que el mantenimiento de este cultivo “tiene una influencia positiva debido a una mayor actividad microbiana».
Además, un 79% de las más de 800.000 hectáreas de este cultivo en España y Portugal se encuentran en secano. Por lo que el almendro europeo también ayuda a afrontar las sequías crónicas en diversas zonas de estos países amenazadas por la desertificación. Y actúa como un cortafuegos natural, ya que estas plantaciones evitan en buena medida la propagación de las llamas.
Un sector sostenible por partida triple
La almendra europea se cultiva bajo estrictas normativas que garantizan prácticas agrícolas responsables, el uso racional de los recursos naturales y la protección de la biodiversidad. Además, muchas de estas explotaciones están certificadas como ecológicas, y el cultivo es económica y socialmente sostenible, pues proporciona recursos y oportunidades de crecimiento a zonas rurales en riesgo de despoblación.
Su sostenibilidad también se refleja en su contribución a la economía circular. Desde la cáscara hasta la piel, todas las partes del fruto pueden aprovecharse, en forma de alimento, biomasa para generar energía o excipientes para medicamentos. Y los beneficios de la almendra europea no se limitan al medioambiente, pues también cuenta con un perfil nutricional muy completo y unas variedades que le dan un sabor y una textura únicas, como las guara, constantí, belona, lauranne o penta.
Por eso, la asociación española SAB-Almendrave y la portuguesa CNCFS han puesto en marcha el proyecto ‘Sustainable EU Almond’, co-financiado por la Unión Europea, cuyo objetivo es dar a conocer todas estas cualidades sostenibles de un alimento que protege el suelo, ahorra agua, impulsa la economía rural y promueve hábitos de vida saludables. Un producto que apuesta por un futuro más verde… y sabroso.
Para más información, visita la web sustainablealmond.eu.
Sobre Spanish Almond Board-Almendrave y CNCFS
Spanish Almond Board-Almendrave es la Agrupación de Exportadores de Almendra y Avellana de España. Desde 1947, representa, coordina, defiende y fomenta los intereses comunes de sus asociados, a nivel nacional e internacional; en 1987, se convierte en Entidad Colaboradora de la Administración Española. En la actualidad, representa al 62% de la actividad exportadora nacional de almendra y avellana. Su misión consiste en ayudar a los asociados a generar valor en sus productos, obtenidos a partir de prácticas sostenibles y en las mejoras condiciones de calidad y trazabilidad.
CNCFS (Centro Nacional de Competências dos Frutos Secos) es una asociación portuguesa sin ánimo de lucro que tiene por objetivo promover el desarrollo del sector en este país. Agrupa a más de 50 entidades dedicadas a la castaña, la almendra, la nuez, la avellana, la algarroba y el pistacho, con los objetivos de reforzar la investigación y de fomentar la innovación y la divulgación del conocimiento.