El pasado 20 de mayo de 2025 entró en vigor en España el nuevo Reglamento de la Ley de Extranjería, aprobado meses antes por el Gobierno, con el objetivo de modernizar los trámites migratorios —residencia, trabajo, estudios, reagrupación familiar— y adaptarlos a las necesidades actuales. Las autoridades pretenden así «facilitar una migración ordenada, legal y segura».
Una norma con cinco nuevos caminos hacia la residencia
El nuevo reglamento introduce cinco modalidades de arraigo: social, sociolaboral, socioformativo, de segunda oportunidad y familiar. En la mayoría de ellas, el requisito de residencia legal continuada se reduce: bastan dos años en lugar de los tres exigidos hasta ahora. Además, quienes soliciten residencia podrán obtener desde el primer momento la autorización para trabajar, lo que supone un cambio sustancial respecto al sistema anterior.
Para los familiares de personas con nacionalidad española, también hay novedades: desaparece el antiguo arraigo familiar y nace una autorización más amplia, con requisitos menos estrictos. Esta vía admite nuevos supuestos familiares como hijos de hasta 26 años, parejas de hecho, e incluso otros familiares a cargo en su país de origen.
Estudiantes, reagrupaciones y oportunidades laborales
Los estudiantes extranjeros matriculados en estudios superiores también salen beneficiados. Podrán trabajar hasta 30 horas semanales durante sus estudios, y al finalizar, podrán transformar su permiso en uno que habilite residencia y trabajo. Esta flexibilidad supone una oportunidad clara para quienes desean consolidar su proyecto vital en España.
Asimismo, los datos oficiales muestran que la reforma ha generado un aumento notable en las solicitudes: entre el 20 de mayo y el 31 de octubre de 2025, se han presentado 724.000 solicitudes de residencia y trabajo, lo que representa un incremento del 46,2 % respecto al periodo anterior.
¿Y la nacionalidad española?
Es importante aclarar que la reforma, aunque moderniza muchas vías de regularización, no altera los plazos exigidos para acceder a la nacionalidad por residencia. Las personas interesadas en esta opción deben seguir cumpliendo los requisitos establecidos en el Código Civil. Por tanto, la residencia legal por sí sola no garantiza la nacionalidad. Para quienes buscan la nacionalidad española por residencia, es fundamental conocer bien la normativa y preparar con atención su solicitud.
Los riesgos de un trámite mal planteado
Según abogados especializados en Valencia —como los de Signum Abogados Valencia— uno de los principales problemas radica en los errores comunes al presentar solicitudes. Entre los más habituales figuran la falta de documentación, acreditación incorrecta de la residencia, elección equivocada de la vía de arraigo o la expectativa errónea de que la residencia equivale automáticamente a nacionalidad. Este tipo de descuidos pueden derivar en denegaciones o retrasos innecesarios.
Qué conviene tener en cuenta en 2026
Para quienes residan en Valencia o planeen hacerlo, estos consejos podrían ahorrar tiempo y complicaciones:
- Verificar con precisión su situación personal: nacionalidad de origen, tiempo de residencia, tipo de permiso actual.
- Si cumplen los requisitos, considerar las nuevas vías de arraigo para regularizar su situación.
- Para estudiantes, valorar las ventajas de compatibilizar estudios y trabajo, y la posibilidad de cambiar a residencia y empleo al terminar.
- Si tienen vínculos familiares con españoles, explorar la nueva autorización de residencia para familiares.
- Si buscan la nacionalidad, planificar con antelación: cumplir los plazos exigidos y preparar la solicitud con rigor.
El nuevo Reglamento de Extranjería ha abierto ventanas de oportunidad reales para muchos inmigrantes en España, y en particular en la Comunidad Valenciana. Pero aunque las vías son ahora más numerosas y flexibles, no bastan solo las buenas intenciones: la clave está en presentar bien la solicitud, cumplir los requisitos y, si hace falta, contar con apoyo profesional. En ese sentido, despachos especializados pueden marcar la diferencia. Para 2026, las posibilidades están ahí — ¿te animas a aprovecharlas?
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