Existe un refrán que dice algo así como “si quieres conquistar el mundo, empieza por Torrent”. O, al menos, parecido. Bien, esa es mi propuesta.
Mi nombre es José Ángel Baviera Mercader, vecino de Torrente (vivo más arriba de la Fuente de las Ranas) y me encantan los coches. Soy consciente de que es una pasión un tanto complicada dados los tiempos que corren, pero sé que no soy el único. Las leyes que se promulgan afectando a los motores de combustión interna, restricciones de tráfico, opciones de compartir coche, etc., por no hablar de los costes asociados a los coches, van cargando la balanza del lado negativo.
Sin embargo, hay motivos para la esperanza: las personas. Gente como usted y como yo que pensamos en el coche no solo como una herramienta para ir de A a B. Estoicos que vemos en las cuatro ruedas (y también las dos) la libertad que se desencadenó con la obtención del permiso de conducir. Quemaíllos que elegimos ir por la nacional o la comarcal en lugar de la autovía porque hay una curva que nos encanta o porque nos motiva el movimiento del muñeca al pasar de 3ª a 4ª(creo que es mi cambio favorito).
Personas, ingenieros en este caso, que entienden que la demonización de la combustión interna no tiene que llevar intrínseco un olvido de las sensaciones y el placer de conducir. Ingenieros (que sí, que son personas con emociones) que ven en las nuevas energías y maneras de impulsar el coche la oportunidad de seguir innovando en busca de la felicidad y la sonrisa de oreja a oreja.
En definitiva, narices! hay motivos para la esperanza porque nos emociona conducir. Nos emociona escuchar el ronroneo de un motor al ralentí, tenso y agazapado cual felino, esperando el momento en que el pie derecho desata una sinfonía cada vez más aguda del motor subiendo de revoluciones acompañada de una orquesta de ruedas chiscando y cambios que se suceden a la velocidad que la caja permite.
En las líneas escritas periódicamente bajo esta cabecera podrán encontrar temas muy diversos, no solo de velocidad y olor a goma vive el hombre, pero siempre con el motor como hilo conductor. Verán que para el humilde autor es más importante la conexión del conductor con el vehículo que su conectividad con los dispositivos de última generación; más interesante una carretera bien trazada que una ciudad caótica en una cruzada contra nosotros; más importantes la sensaciones que los números sobre el papel.
Verán, en definitiva, al humilde autor soltar opiniones a diestro y siniestro. Citando a un gran autor de internet: “Opiniones. Personales. De cada uno. No son dogmas que yo airee como únicos y verdaderos y la quema sea la única opción posible para los (más que seguro) detractores. Para gustos, coches. Para opiniones, curvas. Para críticas, otros espacios. Para debates, este es un buen sitio. O un bar.”
“Uy! ¿Y ya está?” Se preguntaba mientras buscaba con incredulidad más líneas del magnífico artículo. Bueno, queridos lectores, acabamos con otro refrán: “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”.
Gracias por su lectura y atención. Nos vemos en la carretera.
José Ángel Baviera http://www.roundcorners.es/
