Sin ninguna explicación sanitaria, el gobierno de Pedro Sánchez aprobó en el Congreso la obligatoriedad de la mascarilla en la calle y una semana después, aprobará este martes, que dejará de ser obligatoria, también sin explicar ninguna razón médica, ni ningún informe, que probablemente, no exista.
La aprobación en el Congreso, que fue calificada de “chantaje” por el PP y por muchos presidentes autonómicos. Esto se produjo la semana pasada y el gobierno incluyó la obligatoriedad de la mascarilla, dentro de la aprobación de la subida de las pensiones, para que nadie se opusiera.
El propio Presidente de la Generalitat, Ximo Puig, salió en defensa de Sánchez, afirmando que “la mascarilla es la imagen en el calle de que estamos en pandemia”, sin ningún argumento sanitario, salvo el estético.
Una semana después, la ministra Darias anuncia el fin de la obligatoriedad del uso de mascarillas en la calle. Según ha confirmado, la previsión es que el Consejo de Ministros elimine la obligatoriedad este martes 8 de febrero, el miércoles se publique en el BOE y la norma entre en vigor el jueves.
Polémica fue también la aprobación de la obligatoriedad de la mascarilla en exteriores el pasado 22 de diciembre, a las puertas de la Navidad y cuando todavía no se había producido el estallido de ómicron en España. Hasta ese momento, la mascarilla sólo había que llevarla al aire libre cuando no se podía mantener la distancia de seguridad de 1,5 metros y en momentos en que no hubiera grandes aglomeraciones.
Una de las más críticas con el uso de la mascarilla en la calle es Ayuso, que pide al Gobierno que deje de «marear» con continuos cambios de criterios sobre las mascarillas: «Nos están mareando. Primero pasaporte covid en unos sitios, en otros no, la mascarilla era importante, luego no».