La antigüedad de esta fiesta centenaria, el episodio de la Tombà de les falles de 1957, o el Traslado de la Mare de Déu son algunos de sus pilares singulares
El impacto de la activad fallera durante los 365 días al año y las sinergias culturales y económicas centran el expediente redactado por una comisión de expertos
Las falles de Torrent inician el camino para que sean declaradas Fiesta de Interés Turístico Autonómico. Una comisión de expertos ha estado trabajando durante un año para confeccionar el expediente definitivo en el que se recogen aspectos históricos de esta fiesta centenaria, pero además aspectos únicos y destacables por su singularidad, como el episodio de la Tombà de les falles de 1957, su importancia en el contexto festivo, así como actos propios dentro del calendario. Otro de los pilares que sustenta el expediente es el impacto de la actividad fallera durante todo el año, así como las sinergias culturales y económicas que generan las fallas, polo de atracción de visitantes.
Así pues, la principal fiesta de la capital de l’Horta Sud presentará, la próxima semana, el expediente en comisión informativa del Consejo Rector del Organismo Autónomo Municipal de la Junta Local Fallera de Torrent. Esta entidad está formada por representantes de las fallas y los grupos políticos con representación municipal. Una vez tenga el visto bueno, el expediente pasará a la comisión informativa de Cultura y posteriormente el dictamen se elevará al pleno municipal. Una vez aprobado en sesión plenaria, dicho expediente pasará a la Conselleria d’Economia, Indústria, Turisme i Ocupació, encargada de conceder el reconocimiento de Fiesta de Interés Turístico Autonómico.
La alcaldesa de Torrent, Amparo Folgado, ha destacado que con este proceso “se inicia el reconocimiento oficial de la fiesta fallera, una propuesta que nace del seno de las 29 comisiones de la ciudad y que demuestra la intensa actividad que generan las fallas en Torrent, no solo durante la semana fallera, sino los 12 meses del año”.
Más de 100 años de fallas torretinas
La primera falla plantada en Torrent data de 1900, tal y como recoge el diario El Torrentino el 25 de marzo de esa fecha. Muestras de este pasado festivo aparecen en el informe histórico en el que se aportan datos sobre este cadafal plantado en el carrer cambrils. A su vez, el informe también aporta un estudio sobre la tradición del fuego en la ciudad y los orígenes de las fallas. Son los conocidos pallassos de Torrent, ninots realizados en paja, aderezados con connotaciones satíricas, que colgaban de las fachadas de las casas de Torrent y se quemaban en la víspera de San José o Sant Antoni.
Cabe destacar como hecho singular propio de la fiesta fallera de la ciudad el episodio de la Tombà de les falles de 1957, cuando las autoridades, influidas por la iglesia, prohibieron los bailes y los falleros, con carácter temperamental, decidieron tumbar sus propios monumentos falleros. Las fuerzas del estado intervinieron para clamar esta revuelta que llegó a interpretarse como resistencia a la propia dictadura. Tras ese episodio se prohibieron las fallas en Torrent de manera oficial hasta 1968.
El traslado de la imagen de la Mare de Déu hasta la plaza de la iglesia en la tarde del 16 de marzo es otro de los actos principales dentro del calendario fallero y que la diferencia del resto de ciudades. Todas las fallas de la ciudad, vecinos y visitantes participan de este emotivo acto lleno de fervor popular.
Actividad fallera 365 días al año
En el apartado de certificados, el expediente incluye: la antigüedad de la fiesta y la periodicidad de las celebraciones, cargada de concursos culturales, deportivos y festivos durante los 365 días al año. También se recoge el censo fallero que cuenta con 7.000 miembros, así como su relación con el censo general de la población. Otro punto a destacar es el certificado que se ocupa de la atracción de visitantes, infraestructuras de la ciudad y alojamientos turísticos que avalan el aumento de población de Torrent durante las fiestas falleras.
El expediente se cierra con documentación complementaria, con investigaciones sobre la imagen de las fallas a través de sus carteles de falla históricos; la importancia de la fiesta torrentina en la prensa valenciana y local, así como un apartado destacado con todas las publicaciones falleras locales: como el libro oficial de fiestas (El Granerer) que se edita anualmente desde 1973; la Revista d’Informació Fallera (RIF) y una completa catalogación sobre los llibrets de falla de la capital de l’Horta Sud. Dicho catalogo fue editado este año, donde se incluía un profundo estudio de las etapas y los ejemplares más destacados de este género de la literatura fallera torrentina, en 85 años de historia. El primer llibret editado en Torrent data de 1928.
El expediente ha sido redactado por un grupo multidisciplinar, donde destacan trabajos de investigación sobre el origen y singularidad de las fallas de la capital de l’Horta Sud. Dicho grupo está formado por el bibliotecario archivero del consistorio, Ramón Sanchis, junto al cronista de Torrent, Pepe Royo, así como investigadores locales, como Salvador Ciscar, Aitor Sánchez, Emilio García, Adrià Besó y la corrección lingüística de Anna Gascó.