La grave situación de abandono que sufre el casco antiguo de Torrent y los problemas con las licencias de obras, derivados de la no puesta en marcha del PEPRI, impidió que se celebrara la procesión cívica por las calles habituales.
Precisamente la calle Rey Jaime I se encuentra con una casa derribada, justo donde se situaba la placa homenaje de Torrent al rey conquistador, pero además, esta misma semana hay dos viviendas valladas por peligro de derrumbes y de cascotes.
Una situación que afecta gravemente a los vecinos del centro histórico y que impidió que la Real Senyera pasara por la calle Rey Jaime I, debiendo de pasar por la calle Marco, haciendo más corta la procesión.