El torrentino José Miguel Martínez escribe un libro con su testimonio de fe: “Noté la presencia de Dios en mi vida en la cárcel y lloré como nunca”
(AVAN).- José Miguel Martínez Castelló, voluntario de la Pastoral Penitenciaria de Valencia desde hace 16 años, ha publicado el libro “Esperanza entre rejas. Retos del voluntariado penitenciario”, en el que explica su “reencuentro con la fe en la prisión” gracias a su madre y al sacerdote valenciano Joaquín Montes Mollá, conocido como el “Padre Ximo”, fallecido en 2012 a los 82 años, que fue capellán de prisiones en la diócesis de Valencia durante más de 40 años.
El autor, natural de la localidad valenciana de Torrent, Doctor en Filosofía y profesor en el colegio Patronato de la Juventud Obrera de Valencia, pretende con este libro “acercar la realidad penitenciaria, tan desconocida, a la ciudadanía, para dignificar a los internos y poner en valor a todos los actores que intervienen en una prisión” al tiempo que ofrece su testimonio de recuperación de fe como voluntario de prisiones.
Según Martínez Castelló, “la fe sólo se puede entender desde el servicio a los demás, porque cuando el papa Francisco habla de una Iglesia en salida y de periferias, se refiere a ir al encuentro de las personas que sufren, como los presos, a los que la sociedad olvida. Como cristianos tenemos que buscar la autenticidad de la fe en esas historias que están rotas y, con nuestra presencia y ayuda, intentar volver a tejer esas vidas”.
“Recuperé mi fe en la prisión gracias a mi madre y al Padre Ximo”
La prisión “cambió la vida de mi familia y, sobre todo, la mía”, señala el autor, que recuerda el origen, en el año 2000, cuando el “Padre Ximo” reunió a las parroquias de Torrent “en busca de voluntariado, vinculado a la acción social de la Iglesia, para hacer talleres en prisión”. Su madre, Amparo, se quedó “prendada con el mensaje del Padre Ximo” y decidió sumarse a la Pastoral Penitenciaria, “con mi oposición frontal y la de mi padre, Vicent, porque éramos víctimas de una falsa visión del mundo de prisiones”.
Después “veía cómo mi madre volvía de la prisión feliz, cómo su fe se fortalecía y aunque yo intentaba argumentar mi oposición, ella respondía con su vivencia. Entonces yo estaba pasando una crisis de fe y, fruto de la curiosidad, hablaba mucho con ella porque me contaba cosas que yo leía en mis libros y ella lo vivía desde la experiencia”.
Finalmente, en 2004 acompañó a su madre a la misa del Domingo de Ramos en el centro penitenciario de Picassent y todo cambió. “Fui asustado por lo que creía conocer de la prisión pero allí encontré mi paz espiritual, estuve hablando con presos y me sorprendió la figura del Padre Ximo. Me abrazó y me pidió enrolarme en la Pastoral Penitenciaria. Cuando volví a casa lloré como nunca y decidí ser voluntario. Fue la primera vez que noté de nuevo la presencia de Dios en mi vida: recuperé mi fe gracias a mi madre y al Padre Ximo, y el lugar del reencuentro fue la prisión”.
Por ese motivo “este libro pretende ser un homenaje al Padre Ximo -que fue director del Secretariado de Pastoral Penitenciaria del Arzobispado de Valencia- que para mí era un santo en vida, salvó a tantas personas y era muy querido en la prisión. Vivió como un pobre y murió tal y se entregó a los demás. De todo aquello aprendí que la fe sólo se puede recuperar a través del encuentro con otras personas”, destaca Martínez Castelló, de 42 años, casado y padre de dos hijos.
“Las personas nos equivocamos y necesitamos amor y perdón”
Desde entonces José Miguel Martínez lleva 16 años comprometido con este voluntariado, acudiendo todas las semanas a la prisión para realizar talleres, el último de ellos sobre valores y cine, una actividad que retomará el próximo mes de junio, al igual que el resto de voluntarios, después de 14 meses sin poder entrar en el centro penitenciario por las restricciones frente a la pandemia.
Este libro, a la venta en portales on line y en la Librería Paulinas de Valencia, está dirigido “a todas las personas que quieran conocer la realidad del mundo penitenciario, porque explico qué actores intervienen en él, con especial atención al funcionariado de prisiones, nada reconocido en la sociedad y que cuyo papel es fundamental. Trato de explicar que la realidad que nos muestran los medios de la prisión está manipulada: los presos están señalados, estigmatizados, y la mayor parte de lo que nos llega es falso. Pretendo borrar ideas falsas y clichés y mostrar la realidad”, subraya el autor.
En esta línea, hace hincapié en el aprendizaje recibido en el mundo penitenciario: “nunca digas que no vas a caer porque las prisiones están llenas de personas, de todo tipo y condición, que pensaban así. La prisión es una metáfora para entender que las personas somos vulnerables, nos equivocamos y necesitamos ayuda, amor y perdón”, señala.
El segundo destinatario de esta obra es “la persona que esté pensando realizar algún voluntariado, no sólo de prisiones, porque ofrezco una reflexión sobre el significado del voluntariado”. Y por último, el libro “también se dirige a todas las personas que ejercen acciones dentro de la prisión, desde los internos hasta los médicos, psicólogos, funcionarios y familiares. Todos son importantes”.
Por último, Martínez Castelló indica que “en el confinamiento que hemos vivido hemos podido comprender lo duro que es no tener libertad, y la prisión es el confinamiento puro. Por eso espero que esta pandemia sea el trampolín para abrir los poros de la sensibilidad de la gente respecto a los presos”.
San Pedro Nolasco, fundador de la Orden de la Merced
Los Padres Mercedarios celebrarán mañana, jueves, 6 de mayo la fiesta de san Pedro Nolasco, fundador de la Orden de la Merced que, siguiendo su carisma, se dedica a la atención de los recluidos en cárceles a través del auxilio sacramental, espiritual y cuidado de los reclusos, y están presentes como capellanes en centros penitenciarios.
Las dos parroquias regidas por la orden en la diócesis, la de Nuestra Señora del Puig, en Valencia, y la de Nuestra Señora de los Ángeles, en El Puig, acogerán este jueves, a las 20 horas, misas solemnes en honor del fundador.
Además, el último domingo de enero, El Puig también celebra la festividad de san Pedro Nolasco, con las “tradicionales” calderas, en el marco de las fiestas patronales, según la fecha del antiguo santoral que fijaba la festividad litúrgica el 29 de enero, y que fue modificada hace unos años.
Fotografías: Arriba, José Miguel Martínez Castelló junto con sus padres, Amparo y Vicent. En el centro, el autor con el libro “Esperanza entre rejas». Abajo, imagen de archivo de Joaquín Montes, conocido como el “Padre Ximo”.