El Rey Felipe VI destaca la solidaridad tras la Dana y el compromiso con el bien común en su discurso de Nochebuena
En la tradicional alocución de Nochebuena, el Rey Felipe VI centró su mensaje en los desafíos sociales, políticos y económicos que enfrenta España, destacando la importancia del diálogo, la solidaridad y el compromiso con el bien común. Acompañado por una foto de la Dana del 29 de octubre, el monarca expresó sus mejores deseos para estas fechas y abordó temas clave como las consecuencias de la DANA, la contienda política y los retos relacionados con la inmigración y el acceso a la vivienda.
Solidaridad ante las catástrofes: el ejemplo de la DANA
El Rey inició su discurso refiriéndose a las devastadoras inundaciones que, hace dos meses, afectaron gravemente a Valencia y otras zonas del este y sur de España. Recordó con solemnidad a las víctimas y los desaparecidos, destacando el dolor que estas tragedias dejan en sus familias y comunidades. “Miles de personas vieron cómo lo que hasta hacía poco era su pueblo, su casa o su negocio quedaban reducidos a escombros”, señaló.
Felipe VI subrayó la importancia de aprender de estas catástrofes para fortalecer a la sociedad y elogió la respuesta solidaria de los ciudadanos. “Vecinos, voluntarios, equipos de protección civil, bomberos y ONG han mostrado la fuerza abrumadora de la solidaridad y la humanidad”, dijo. Asimismo, valoró los esfuerzos de los más de 800.000 afectados por recuperar la normalidad, aunque reconoció la necesidad de una mejor coordinación entre las administraciones.
Serenidad en tiempos de confrontación
Uno de los momentos más destacados del mensaje fue el llamamiento del Rey a la serenidad en un contexto político que calificó como “atronador”. Sin deslegitimar la diversidad de opiniones, Felipe VI instó a las instituciones y a los responsables políticos a proteger el pacto de convivencia que representa la Constitución de 1978. “El consenso en torno a lo esencial debe ser el motor de nuestras decisiones públicas”, afirmó.
El monarca destacó la importancia de un diálogo político generoso y orientado al bien común. En este sentido, alertó sobre los riesgos de la polarización y recordó que la democracia no debe perder de vista el interés general de los ciudadanos. “No podemos permitir que la discordia se convierta en un constante ruido de fondo”, advirtió.
Retos sociales: inmigración y vivienda
El discurso también abordó dos de los principales problemas que afectan al país: la inmigración y el acceso a la vivienda. Sobre el fenómeno migratorio, Felipe VI lo describió como “una realidad cotidiana y compleja”, subrayando la necesidad de abordarlo con respeto a las leyes y a la dignidad de las personas. “El esfuerzo de integración debe ser de todos, pero también es crucial luchar contra las mafias que trafican con seres humanos”, añadió.
En cuanto a la vivienda, el Rey reconoció la dificultad que enfrentan los jóvenes y las familias más vulnerables para acceder a un hogar digno. En este sentido, llamó a la reflexión y al diálogo entre los distintos actores implicados, con el objetivo de encontrar soluciones sostenibles. “Facilitar el acceso a la vivienda es esencial para garantizar el bienestar y la seguridad de tantos proyectos de vida”, afirmó.
Una mirada hacia el futuro: juventud y democracia
Felipe VI dedicó una parte importante de su intervención a la juventud, destacándola como el pilar del futuro del país. “Nuestra juventud, que brilla en el deporte, la ciencia y la cultura, también nos ha llenado de orgullo al acudir en masa para ayudar a los afectados por la DANA”, dijo. Asimismo, resaltó su papel en la construcción de una sociedad más igualitaria y preparada para los desafíos del mañana.
El Rey también mostró preocupación por el panorama internacional, marcado por la inestabilidad y los cuestionamientos al multilateralismo y la democracia. Frente a estos desafíos, hizo un llamado a defender con firmeza los principios de la democracia liberal y los derechos humanos, destacando el papel de España como miembro de la Unión Europea. “Europa sigue siendo nuestra referencia más valiosa”, aseguró.
Un mensaje de esperanza
El monarca concluyó su discurso con un mensaje de confianza en el potencial de España. Reconoció los logros del país en términos de desarrollo democrático y bienestar social, al tiempo que señaló la necesidad de seguir avanzando en la lucha contra la pobreza y la exclusión social. “España es un gran país, con un presente prometedor y un futuro lleno de esperanza”, afirmó.
Felipe VI animó a los españoles a mantener el espíritu de solidaridad y consenso que ha caracterizado a la sociedad en los momentos más difíciles. “La memoria del camino recorrido, la confianza en el presente y la esperanza en el futuro son esenciales para nuestro bien común”, concluyó.
El mensaje finalizó con un deseo de paz y felicidad para todos los hogares de España, transmitido en las lenguas cooficiales: “Eguberri On, Bon Nadal, Boas Festas”. Un recordatorio de la diversidad y la unidad que, según el Rey, deben seguir siendo la base del proyecto común de España.