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Ibi, donde nacen los juguetes

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Comienzo esta colaboración con Torrent al Día, basada en mis experiencias recorriendo a lo largo y ancho la geografía española, con la última visita que he realizado: Ibi. Estos artículos recogen mi opinión y todo lo vivido por mí en cada uno de los sitios, sin ninguna aspiración ni influencia, sólo en base a lo experimentado. Con total seguridad quedarán en cada uno de mis artículos muchos lugares por recoger, explicar o mencionar del sitio en cuestión, pero, lo dicho, no pretendo analizar concienzudamente y en base a información externa estos lugares, sino basándome en lo visto, oído, olido, degustado y experimentado por mí.  

Pues empiezo. Ibi, una de las ciudades de interior más reconocida en la Comunitat Valenciana, que se encuentra en la provincia de Alicante, a poco más de media hora de su capital, conocida como la cuna del juguete, ofrece una amalgama perfecta entre patrimonio cultural urbano y patrimonio natural. 

Numerosos son sus museos, dedicados al juguete o al videojuego, entre muchos otros, y su larga tradición festera, siendo su acontecimiento por antonomasia ‘Els Enfarinats’, que tiene lugar el 28 de diciembre de cada año y donde se enfrentan, a huevazo limpio y con harina, dos bandos que pugnan por el poder del municipio, siendo éste presa del más alocado gobierno.

También destacan infinidad de lugares por todo su término municipal donde pasar un agradable día de excursión, destacando su ruta por el Barranco de Los Molinos y su Trompa de Elefante. También puedes disfrutar de uno de los Parques Naturales de la comunidad, como es la Font Roja, que luce en pleno esplendor en los meses de invierno cuando la nieve cubre sus parajes. 

Fuente: www.turismoibi.net

Qué ver

En el casco urbano de la ciudad tienen su sede diferentes museos, destacando: 

  • Museo Valenciano del Juguete, donde podemos encontrar figuras que han hecho las delicias de los más pequeños desde que ‘la tartana’, símbolo de la ciudad, hecha por Payá a su hija diera comienzo a la historia juguetera de Ibi. La visita es perfecta para familias, donde los niños pueden ver fielmente como sus padres se divertían a su edad.
  • Museo Arcade Vintage, o Museo del Videojuego, para conocer de primera mano el inicio del mundo de los videojuegos, allá por los años 70, y las míticas máquinas de recreativos donde, antes de llegar las videoconsolas a las casas de todos, podías disfrutar de los videojuegos. Los muros de una antigua fábrica de juguetes, industria puntera durante años en la ciudad, acogen este espacio dedicado al mundo del videojuego arcade.
  • Museo de la Fiesta, como homenaje a una de las fiestas más arraigadas en la ciudad, como son los Moros y Cristianos, que vienen celebrándose en Ibi desde hace, aproximadamente, 500 años. En este lugar se hace un recorrido por toda la espectacularidad de la fiesta con sus trajes, armas y demás elementos que hacen de esta celebración un escaparate de luz, color y grandiosidad.

Otra ruta muy interesante, y más con niños pequeños, a seguir dentro del entramado urbano de Ibi es la de los parques infantiles. Ibi puede ser la ciudad de los niños, perfectamente. Su tradición juguetera le vincula especialmente con este segmento de población, y como no podía ser de otra manera, el disfrute y diversión de los más pequeños está garantizado en sus calles, a través de sus diferentes parques. Aunque estoy en una edad en la que cualquier atracción o columpio se me queda pequeño no, lo siguiente, me hizo ilusión seguir esta ruta temática propuesta por el consistorio ibense. Muy a mi pesar, no pude disfrutar en mis propias carnes todos estos parques, por lo dicho, mi edad, solo echarles un vistazo, pero simplemente con visitarlos me retrotraje a mi más tierna infancia. El parque de La Tartana, del Castillo, del Barco Pirata o de los Reyes Magos ofrecen un sinfín de diversión a los más pequeños. 

Fuente: www.turismoibi.net

Si una cosa podemos decir de Ibi es que su historia está muy presente en sus calles. Y buena muestra de ello son sus esculturas en homenaje a diferentes oficios, tradiciones o festividades. Industrias características, como la de los jugueteros o los heladeros, tienen su rincón en la ciudad de Ibi con el Monumento de La Tartana y el Monument als Geladors, respectivamente. Los Reyes Magos, como no podía ser de otra manera, tienen reservado un lugar en el centro de Ibi, como es un parque y un monumento dedicado a ellos. Y, por supuesto, los Moros y Cristianos, con su escultura en la Plaza de la Iglesia, junto al Museo de la Fiesta.    

Recorriendo sus calles encontramos un patrimonio civil y religioso extenso y muy rico. En cuanto a edificios religiosos destaca principalmente la Parroquia de la Transfiguración del Señor, un templo ilustrado con interesantes frescos y joyas de imaginería. Cuando visité Ibi, la Virgen de los Desamparados presidía el altar con espectacular manto azul sobre ella. Cerca de esta parroquia, como curiosidad, se sitúan tres calles paralelas, Sant Francesc, Sant Joan y Sant Antoni, llamadas ‘les costeretes’, que como su propio nombre indica no tienen una pendiente cero, precisamente. Es original recorrerlas para admirar su entramado y las viviendas que se agolpan a los dos lados.

Fuente: www.turismoibi.net

Entre el patrimonio civil destacan el Archivo Municipal y el Casal Fester, uno frente al otro, situados en dos caserones históricos y con gran trascendencia en la ciudad, el primero de ellos. Más abajo, la Plaza de la Palla, donde preside un árbol centenario, del que ya queda más bien poco, aunque todavía no ha fenecido del todo, y que circundaba esta plaza con otros árboles monumentales que con el paso de los años han ido desapareciendo. Como curiosidad, tomamos una cerveza en el Quiosco Antic, donde disfrutamos de la vida y el trasiego de la ciudad en esta plaza.

Pasando al entorno natural de Ibi, puedo hablar sobre la ruta a lo largo del Barranco de Los Molinos, pasando antes por el Lavadero Centenario, una reminiscencia de cuando las casas no tenían los servicios con las que cuentan ahora, a los pies de un molino de papel de dimensiones considerables. La ruta empieza en la carretera de Ibi a Alcoy, en un acueducto medieval como inicio y discurre por los márgenes de este barranco, donde se pueden ver diferentes molinos en desuso y en diferente estado de conservación. Destaca un primer molino, en perfectas condiciones y habitado, rodeado de vegetación silvestre y con unas paradas de agua que dan al lugar un toque mágico. Más adelante, y hasta donde llegamos nosotros, encontramos una pared de piedra, la Trompa de Elefante, perfecta para deslizarse por ella a modo de tobogán (con un cartón o una bolsa de rafia como trineo es suficiente). Otro guiño a los más pequeños.

La ermita de Santa Lucía, que luce en lo más alto del pueblo y con unas vistas privilegiadas, supongo, fue un lugar que durante mi viaje tuve la tentación e intención de visitar, pero que finalmente no pude conocer. Una excusa para volver otra vez a Ibi. 

Dónde comer o tomar algo

Como he dicho al principio, las recomendaciones que más abajo voy a realizar vienen de mi experiencia y conocimiento, no teniendo más interés que el de describir mi caso particular. 

Teníamos recomendado por la propiedad del lugar donde nos alojábamos un restaurante llamado La Solana, pero por desgracia, en las fechas que visitamos Ibi este local estaba cerrado por vacaciones, por lo que nos quedamos sin probar su cocina. De todas formas, como las recomendaciones que me dan mis anfitriones siempre suelen ser fetén, os animo a que probéis este restaurante.

En el establecimiento que sí cenamos, el Casino Primitivo, la valoración general: excelente. Un típico casino de ciudad industrial, donde gran parte de la vida social tenía lugar antaño, se ha convertido en restaurante donde degustar lo mejor de la gastronomía mexicana. Tacos, quesadillas y hamburguesas, con diferentes niveles de picante, te sumergen en la explosión para los sentidos que es la comida de este país. Y como no, una buena ración de nachos, picantes o no. al gusto de cada uno. Muy acertada la recomendación que el camarero te hace según los gustos culinarios que le comentas, aconsejando a cada uno que hamburguesa le podrá gustas o no. 

Dónde alojarse        

¿Dónde pasar la noche?, aquí, para mí, no hay discusión. Aunque el Hotel del Juguete parezca una experiencia única y original, que no lo dudo y en un futuro no me disgustaría comprobarlo, sobre todo si viajas con niños, sin ninguna duda, recomiendo Casa Rosalía

Casa Rosalía es una casa rural, que combina a la perfección el encanto de una casa de antaño, con las comodidades de un alojamiento moderno. El alojamiento tiene tres pisos, más la planta baja, que puede reservarse por apartamentos, cada planta es uno independiente, o completamente, con capacidad para hasta 10 personas muy cómodamente. Tanto te decantes por una opción o por otra, todos los servicios los tendrás a tu abasto. Cada apartamento, que ocupa una planta, está dotado con habitación o habitaciones, según el apartamento, cocina y utensilios, cuarto de baño y sala de estar. Pero, si me permitís destacar un apartamento por encima de todos, os recomiendo el ático, con su terraza que hace de este alojamiento un sitio especial (sobre todo para parejas).  

Carlos Sáiz Carrión

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