Los vecinos de Buenavista y Falda de la Sierra siguen sin agua aunque ya cuentan con la fuente provisional que pidió el PP
Los vecinos de Buenavista y de Falda de la Sierra ya cuentan con la fuente provisional que solicitó el Partido Popular mediante una moción y atendiendo a las 142 familias afectadas desde el pasado mes de julio, en el que se secó el pozo que las abastecía.
Esta medida provisional, no soluciona el problema de la falta de agua en los grifos de las 142 viviendas de la zona, pero sí les acerca el agua a la urbanización, mientras llegue la solución definitiva que, según los vecinos y el PP debe de ser la conexión definitiva de Aigües de l’Horta a sus viviendas, suministrándoles el agua potable la misma empresa mixta que al resto de vecinos de la ciudad de Torrent.
En los últimos seis meses, los vecinos de Buenavista han contado con «tres días de agua» pero de mala calidad y con todos los sedimientos que acumulaba el interior de las tuberías.
Tras la celebración del Pleno ordinario de diciembre en la que se aprobó la moción de los populares por unanimidad, el consistorio ha instalado la fuente provisional, lo cual es un alivio para quienes debían de desplazarse en vehículo a la fuente de la Ermita o a la del Mas del Jutge cada día, para llenar las garrafas de agua que debían hervir para poder fregar los platos o realizar la higiene diaria. Ahora el agua está más cerca de sus casas pero sigue sin ser la solución definitiva. Ya que un vecino afirma que «nos sentimos en estas fechas como los vecinos de Belén que debían de ir al río a lavar la ropa o al pozo a llenar los cántaros de agua».
Los vecinos siguen reclamando la solución al problema del agua, para ello presentaron 367 firmas de los vecinos residentes en ambas urbanizaciones que fueron registradas por la portavoz del PP, Amparo Folgado a finales de año.
Desde el Ayuntamiento se ha estado anunciando, a través del alcalde Jesús Ros y de la concejala, Inma Amat, que están trabajando en el problema pero la realidad para 142 familias de Torrent, es que llevan desde el mes de julio sin una gota de agua en los grifos de sus viviendas, un problema del siglo XIX bien entrado el XXI.