Recientemente, nos hemos visto sorprendidos por la convocatoria de un pleno extraordinario y urgente para tratar un punto bastante llamativo: Versión Preliminar, estudio estratégico ambiental y territorial del Catálogo de Protecciones de Torrent. Con unas horas de antelación y más de 3.800 folios para analizar. A grosso modo, se trata una modificación de urbanismo respecto a edificios, públicos y privados, la mayoría de ellos ya incluidos en el Plan General de Ordenación Urbana, pero que ahora se amplía, amparándose en sus leyes de religión climática y de perspectiva de género, o peor aún, la conexión de algunos bienes con su parcial “desmemoria histórica”.
Vemos cómo el concepto de “Patrimonio Público a conservar” va aumentando sin parar y sin fin, apoyándose en bases ideológicas. Esta nueva versión que se presenta, amplía en “entornos” lo que antes era singular. Otra cuestión que nos llama la atención de este Catálogo es su pretensión de proteger “intangibles”. Es decir, proteger un entorno paisajístico viene derivado de las sensaciones y sentimientos intangibles y subjetivos que provoca. La estética natural se ha de proteger. Este criterio tan subjetivo y supeditado a los sentimientos de quien clasifica, resulta bastante cuestionable.
La adaptación de la nueva versión a su Ley de Memoria Democrática es también un punto a tener muy en cuenta. Se explica cómo se incautaron chalets y parcelas, sobre todo en la zona de El Vedat durante el traslado del gobierno de la República a Valencia. Y, según el Catálogo, estos bienes hay que protegerlos. La pregunta es sencilla: Si se incautaron dichos bienes, ¿no sería mejor devolverlos a sus legítimos propietarios o herederos y, posteriormente, valorar si es necesario protegerlos?
Dicho de otra manera, es una norma o imposición que regula los usos y futuribles sobre lo privado. Con lo cual, cualquier uso de un bien privado estará sujeto a la normativa y no podrá sufrir modificación, incluso compra-venta, por verse afectado. En pocas palabras y sin tapujos, no seremos dueños de nuestros bienes. Además, la experiencia nos enseña cuál es el destino de los “protegidos”: O acaban siendo una carga enorme para las arcas municipales (véase el ejemplo de la ruina del Palacete de Cortina) o la enorme burocracia que genera, hace que los propietarios desistan de su mantenimiento o venta, convirtiéndose en ruinas repletas de ratas, basura, malezas, refugio para drogas, ocupación ilegal y otras prácticas delictivas. No hay más que pasear por algunas zonas del casco histórico, el Barrio Viejo, El Vedat y otras zonas para constatarlo.
La declaración de urgencia de este Pleno no se justifica en ningún caso. Y dado el carácter de las modificaciones en la propiedad que se pretenden incorporar, se hace evidente la intención de este gobierno: aprovechar el período vacacional para el plazo de alegaciones (45 días). De esta forma, es más fácil que muchos ciudadanos o asociaciones propietarias, afectados por este nuevo Catálogo no sean conocedores o no estén en plazo de reclamar cuando lo conozcan.
Por lo tanto, desde nuestro grupo municipal VOX queremos advertir a los ciudadanos de Torrent que estén atentos a la publicación, a los plazos y a las formas para que puedan presentar todas las posibles alegaciones a sus propiedades privadas afectadas. No podemos tolerar que el equipo de gobierno capitaneado por el Sr. Ros aplique estas medidas. Por un lado, nos castiga con estas leyes y con la otra mano trata de granjearse la amistad con sus habituales políticas de gestos.