Amparo Folgado Tonda, portavoz del PP
El próximo domingo 10 de noviembre, los españoles volvemos a estar llamados a las urnas para elegir el futuro del Gobierno de la Nación, por segunda vez en 6 meses y ¿cómo principal responsable de ello?, el presidente en funciones, Pedro Sánchez. El ansia de poder y la grandiosidad divina que él mismo se adjudica le ha llevado a no conformarse con haber ganado las elecciones del pasado 28-A queriendo mantenerse en el Palacio de La Moncloa con un mayor poder parlamentario y apoyo popular; el problema, que la jugada puede salirle cara este domingo si ve mermados estos apoyos respecto a los comicios de abril, pero lo que es peor, puede salirnos aún más cara al resto de españoles al perpetuarse la actual situación de ingobernabilidad y deriva económica y social.
En las manos de todos está que la situación pueda cambiar. El domingo cuando vayamos a introducir en las urnas las papeletas para el Congreso de los Diputados y el Senado, debemos valorar, como siempre hemos hecho, qué es lo que queremos para nuestra Nación para los próximos 4 años, como mínimo. Si deseamos a un Presidente del Gobiernoque antes que manejar los envites de la crisis económica en ciernes y dar solución a los graves problemas sociales que atormentan a los españolesesté constantemente mirándose el ombligo, posando para reportajes y publicaciones en RR.SS. así como utilizar los medios públicos para su propia imagen y publicidad, está muy claro: mantener la cosa como está y repetir el mismo resultado de las pasadas elecciones. En cambio, si lo que pretendemos es que España salga del bloqueo político, social y económico en el que actualmente se encuentra y queremos un Presidente que anteponga los intereses nacionales y del común a los propios y a conveniencias partidistas, la única opción es confiar en el Partido Popular y su Presidente, Pablo Casado.
En estas elecciones debemos parar a pensar y reflexionar sobre lo mejor para todos y aquello común que a todos nos identifica e importa. Experimentos como el famoso 1+1+1 que se planteó para la elección del Senado en las pasadas elecciones de abril, que, aunque pretendía sumar, fue todo lo contrario, no sirvió para nada, más bienrestó. Restó a todos los españoles e hizo que Pedro Sánchez obtuviera una victoria en las urnas, para él demasiado corta dada su propia estima, pero que dividió el voto de centro-derecha en tres partidos, beneficiando claramente al PSOE.
Por todo ello, el próximo domingo, el voto de centro-derecha ha de unificarse. Unificarse en un partido que desde el inicio de nuestra joven democracia ha demostrado valía, profesionalidad, saber hacer, saber gestionar y lo que es más importante, sacar adelante hasta en dos ocasiones al país después del fracaso de las políticas y gestión del socialismo en nuestro país, no dejando a nadie a un lado y contando con todos para la consecución de estos éxitos. Y lo volveremos a hacer, sin duda alguna. La confianza que los españoles depositarán en el Partido Popular el 10-N supondrá que nuestra Nación volverá a salir de la crisis, que ya empieza a asomar, de la forma más rápida y menos lesiva posible para todos. Confiar en el Partido Popular es confiar en la gestión, en la experiencia de gobierno y en la garantía de que nuestro país avance.