Una jornada de huelga aislada, no se hace con el objeto de bloquear la sanidad, una aplicación abusiva de los servicios mínimos a los que recurre sistemáticamente la Administración ya de por si son suficientes para minimizar su impacto y más aún cuando la Conselleria se ha dedicado a designar para servicios mínimos a los miembros del sindicato convocante o la instrucción dada por algunos gerentes a los trabajadores para que acudan a las 8.00 a sus puestos a manifestar si están de huelga o no, una prueba más del miedo que les da que se reflejen sus vergüenzas. El motivo de la huelga, al igual que en las otras CC.AA, es visualizar por qué nuestra sanidad se está colapsada y en decadencia, cuáles son sus causas y quién es el único responsable de ello. A pesar de todas estas tretas, con las que siempre contamos, el seguimiento está siendo excepcionalmente alto, especialmente en el ámbito de atención primaria con más de un 70% de compañeros que han secundado el paro, pese al recuento fraudulento y tramposo de la Conselleria, que obvia a los compañeros que ha obligado a permanecer en sus puestos de trabajo.
Es necesario que la opinión pública conozca las condiciones laborales en las que ejercen los médicos de la Comunidad Valencia y el desprecio hacia ellos tienen, y por ende hacia la población que atienden, los responsables de gestionar la sanidad pública. Que, a estas alturas, se tenga que reclamar tope de pacientes para poder dar atención con garantías, que a un médico no se le pueda obligar a estar localizado 24 horas hasta 15 días al mes, que se tenga que acudir a la justicia para que faciliten el desplazamiento para atender pacientes a kilómetros de distancia o se impida dejar de hacer jornadas de 24 horas seguidas más allá de los 55 años, es la demostración de cómo la Conselleria, la misma que nos desprotegió durante la pandemia, trata a sus facultativos, y las verdaderas razones de por qué nuestra sanidad se está quedando sin médicos.