El lunes 3 de febrero, la fira porrat de Sant Blai en la calle Ramón y Cajal será epicentro de la fiesta
El próximo 3 de febrero, Torrent vivirá una de sus fiestas más esperadas del calendario, el día de San Blas. Una festividad que en Torrent está llena de simbolismo y a pesar de no ser un día festivo laboral, ningún torrentino se pierde. La fiesta comenzó el pasado domingo con la imposición de medallas y la passejà del guió.
El día 2 de febrero se voltearán las campanas a mediodía y por la tarde se procederá al traslado de los clavarios, la ofrenda, la bendición de las candelas y una misa.
Ya el lunes, 3 de febrero desde primera hora de la mañana estará instalada la feria en la calle Ramón y Cajal, Canónigo Gisbert, Músico Puig Yago y Moralets. En la feria de San Blas de Torrent podremos encontrar puestos de ropa, complementos, alimentación, dulces, juguetes, regalos, rifas y sorteos, juegos con premio, ponis, atracciones de feria, frutos secos, porrat, encurtidos, etc.
La Parroquia de San Luis Beltrán recibirá a miles de devotos que acudirán a pasarse el aceite bendito por la garganta para que el santo les libre de los males de la «gola». Además, en Torrent es tradición comprar el «gaiato de Sant Blai» y llevarlo a bendecir a las parroquias. El «gaiato» puede ser duro con anisetes, con masa de mona de pascua cubierto de azucar de colores y últimamente cubierto de chocolate. Son la representación del santo, ya que se le simboliza como portador de un bastón.
Otra de las tradiciones torrentinas de este día y que posiblemente ya se ha perdido entre los más pequeños es la «pilota de Sant Blai» cogida con una cuerda a la mano con la que los niños torrentinos jugaban los días previos a la fiesta y lanzaban al cachete de las otras niñas. Estas pelotas cubiertas de cuero podían estar rellenas con piedras en su interior, lo cual podía resultar hasta peligroso en cierta manera.
Lo que sigue muy vigente en este día es la preparación de la «Cassola de Sant Blai o Rossejat Torrentí«. Un arroz al horno
El stand que más visitas recibe es el que ofrece los «sanblaiets». Éstos son unos panecillos dulces que elaboran las mujeres de la Cofradía de Sant Blai que los embalan junto con una estampa del santo y una botellita de aceite bendecido para evitar el mal de garganta.
Los primeros datos recogidos sobre esta celebración se encuentran en el Barroco, donde Torrent era una población que a penas superaba los 1.500 habitantes. La población de aquellos entonces era eminentemente rural y se dedicaba a la agricultura y a la ganadería como dos pilares básicos. Los libros de la iglesia de la Asunción recoge por esas fechas dicha festividad. En 1657 hay constancia de que se celebró la primera festividad en honor al santo.
Y así, precisamente, y hasta nuestros días, el 3 de febrero en Torrent convierte a la ermita de Sant Lluís Betrán en epicentro de culto para los que vienen a venerar a Sant Blai.