La exposición puede visitarse hasta el 8 de junio
La sala de exposiciones de l’Espai acoge Lo que queda, de Miguel Ponce. La muestra, que se inauguró el viernes por la tarde y que puede visitarse hasta el 8 de junio, alude a todo aquello que sucede entre las cuatro paredes del estudio del artista, lo que metafóricamente hablando sería su propia mente. Ponce utiliza la pintura como salida hacia ningún lugar, o más bien hacia un laberinto. Este laberinto está repleto de preguntas y silencios, de infinitos comienzos y de fragmentos inacabados que nos transportan a diferentes lugares.
En esta exposición, el autor nos muestra una serie de pinturas abstractas, repletas de mensajes ocultos mediante textos ilegibles. Las referencias pictóricas que utiliza provienen principalmente del espacio urbano y de la escritura. Estas referencias le sirven para investigar y profundizar en ciertos temas como lo oculto, la erosión, el azar o el residuo, permitiéndole acceder a la pintura desde una perspectiva diferente. Trabaja a partir de materiales como la pintura acrílica, el aerosol, y otros procesos que le permiten manipular la pintura de manera intuitiva. Los distintos procesos utilizados en la ejecución de las obras convierte a la pintura en una imagen residual que quiere hablar tanto de nuestro tiempo como de sí misma.
Miquel Ponce (Valencia, 1997) trabaja en el ámbito de la pintura abstracta, a partir de referencias del espacio urbano, del individuo y la escritura. Su obra reflexiona sobre la influencia de la imagen y la pintura como medio artístico en la sociedad actual. Ha estudiado el grado de Bellas Artes en la Universitat Politècnica de València y ha realizado diversas exposiciones colectivas como la 3ª Bienal Ciutat Vella Oberta (2017), Q-art Festival de les Arts de Quart de Poblet (2018) o A Contracorriente, Fundación La Posta (2018). En el último año ha ganado el segundo premio de pintura en el XIV concurso de pintura y fotografía de la UPV y ha cursado una beca Erasmus en la Technological University of Dublin.