El anómalo episodio de calor que está atravesando la Comunitat Valenciana durante este final de año no resulta tan plácido para los agricultores y ganaderos. Así, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) advierte de que las altas temperaturas –que superan en muchos grados las que suelen ser habituales en invierno– y las fuertes rachas de viento de poniente provocan daños en cítricos y caquis que se hallaban en un estado avanzado de maduración o incluso estaban pendientes de recolección.
Las primeras consecuencias visibles son la caída de frutas al suelo y los desperfectos que se producen en la piel a causa del ‘rameado’, es decir, los golpes de ramas sacudidas por el viento. El cambio brusco entre las lluvias de las últimas semanas y el actual periodo de calor también está haciendo mella en variedades de cítricos que ya deberían tener su recolección prácticamente finalizada, como sucede con la naranja navelina o algunas clementinas, pero que aún siguen en el árbol debido a la apatía del mercado y el retraso de los operadores comerciales. Entre los problemas derivados del clima que preocupan cabe destacar la aparición del ‘pixat’ y la amenaza de ‘clareta’, lo que reduce el valor comercial.
Asimismo, AVA-ASAJA teme que el excesivo calor continuado durante tantos días del invierno pueda acabar ocasionando desequilibrios en la maduración de las hortalizas de invierno y en la floración de las próximas cosechas de frutales de hueso, viña o almendro.
La organización agraria recuerda que los actuales siniestros provocados por las citadas adversidades climáticas pueden estar cubiertos por el seguro y pide a Agroseguro que agilice las peritaciones y el pago de las indemnizaciones. Lamentablemente, a causa de la grave descapitalización del sector, no todas las parcelas afectadas están aseguradas ya que los agricultores, o bien no han podido asumir los costes del seguro agrario, o bien no han contratado las coberturas hasta estas fechas tan avanzadas en cultivos como el caqui. Por ello, AVA-ASAJA solicita al Gobierno que ponga en marcha ayudas directas y medidas fiscales –como la reducción de módulos en la próxima campaña de la renta– para todos los productores castigados por la anomalía climática.