Durante el acto, el fuego y la pólvora atrajo miles de espectadores deseosos de revivir la historia del municipio
Se utilizarán en torno a 270 kilos de pólvora para las trabucàs, y en ellas participarán alrededor de 200 festeros
Torrent celebró ayer para una de las mayores atracciones de su fiesta de Moros y Cristianos: la primera ‘Trabucà’ y el ‘parlament primer’. Ayer tarde, a las 19.00 horas, se dieron cita en la Plaza Mayor las filàs cristianas y las comparsas moras para conquistar la emblemática Torre del municipio en un espectáculo de fuego y pólvora. La fiesta atrajo a miles de espectadores deseosos de revivir la historia del municipio.
La alcaldesa, Amparo Folgado, junto con numerosos miembros del equipo de gobierno de la localidad, asistió a la Torre para compartir la celebración con los fiesteros, ciudadanos y curiosos que se congregaron en la plaza. Las filàs se encargaron de revivir teatralmente la historia de Torrent en un periodo histórico apasionante. Durante las fiestas de Moros y Cristianos 2013 se utilizarán en torno a 270 kilogramos de pólvora para las trabucàs, y en ellas participarán alrededor de 200 festeros. Así, los disparos de trabucos y cañones de las comparsas y filàs romperán la tranquilidad de la tarde torrentina para recordar las batallas que libraron sus antepasados por el dominio de la emblemática Torre.
El exotismo, el ruido, el color, los impresionantes trajes y las marchas moras y cristianas convierten las fiestas de Moros y Cristianos de Torrent en un foco de atracción para los habitantes del municipio y los alrededores, que se acercan cada año para disfrutar de la pólvora y el ambiente.
Durante esta primera trabucà, el bando musulmán a órdenes de Sergio Martí, Capitán Moro 2013 de la comparsa ‘Omeyas’, consiguió hacerse con la Torre, donde ondea ya su bandera hasta la trabucà del sábado, día 27, cuando deberá defenderlo ante la reconquista de los cristianos, capitaneados por la Capitana Cristiana, Rosa Ortí, de la filà Dames de Na Violant. Durante la segunda trabucà, ambos bandos deberán luchar de nuevo por el dominio del histórico edificio y su supremacía en las tierras del municipio.