Fundación Bancaja presenta la exposición del torrentino Vicente Ortí. «El intérprete de la materia»

Fundación Bancaja presenta la exposición del torrentino Vicente Ortí. El intérprete de la materia, integrada por medio centenar de obras que recorren la trayectoria del escultor valenciano desde los años 70 hasta la actualidad, con especial hincapié en su producción de los últimos años, lo que permite descubrir al público obra inédita. Comisariada por el escritor y articulista Martí Domínguez, la muestra recorre el trabajo de Ortí con los diferentes materiales habituales en su obra: madera, mármol, piedra y hierro. Esta nueva propuesta expositiva adentra al espectador en un recorrido por lo que podría ser el taller de trabajo del artista y su versatilidad para trabajar la materia en sus diversas formas. La exposición se completa con un audiovisual que muestra al artista en el entorno de su estudio.

A lo largo de su trayectoria artística, Vicente Ortí ha expuesto su trabajo en numerosos espacios de ciudades como València, Barcelona, Madrid, Valladolid, La Habana, Nueva York, Miami, Montreal y Basilea, entre otras muchas. Además, su obra ha recibido los máximos reconocimientos por parte de la Escuela de Bellas Artes de San Carlos en Valencia y la de San Fernando en Madrid

Con motivo de la exposición se ha editado un catálogo que, junto a la reproducción de las obras presentadas en la muestra, presenta un texto de Martí Domínguez que analiza la esencia y la trayectoria de Ortí.

La exposición se puede visitar hasta el 25 de febrero de 2018 de forma gratuita en el Centro Cultural Bancaja (Plaza Tetuán, 23. Valencia) de lunes a sábado, de 10 a 14h y de 17 a 21h, y los domingos de 10 a 14h. Toda la información sobre estas actividades se puede consultar en la web de Fundación Bancaja: www.fundacionbancaja.

Vicente Ortí. La gestación de un escultor

Vicente Ortí nació en Torrent en el año 1947 en el seno de una familia de agricultores. Su padre José se había casado en segundas nupcias con su madre Rosa, con la que tuvo cinco hijos. De este modo, Vicente Ortí creció en un entorno de familia numerosa y de economía muy precaria, que aún se agravó más al morir su padre cuando el escultor tenía sólo tres años. Con nueve años, y a causa de una meningitis, le sobrevino una sordera que marcó su vida para siempre. Vicente fue internado en un colegio especial de sordomudos de Valencia, donde la docencia se impartía tan sólo en castellano (que no era su lengua materna). En aquella institución le enseñaron a leer los labios y lo prepararon para ganarse la vida con un oficio, algún tipo de trabajo manual o de artesanado.
Al mismo tiempo, su madre empezó a servir en las religiosas Vedrunas de Vinalesa, donde, cuando él iba en verano, ayudaba en una carpintería. Fue entonces cuando conoció a Francisco Monfort, sacerdote de las Vedrunas y director de la schola cantorum del seminario, quien al verlo trabajar con las manos con tanta destreza le habló de las posibilidades que tendría como escultor. Entonces, Vicente se empezó a interesar por aquel oficio y durante aquellos años de adolescencia conoció algunos tallistas de santos de Alfafara, donde acudía a pie desde Vinalesa, para aprender un poco su arte. La madera se convirtió muy pronto en su materia prima y fue descubriendo poco a poco el oficio.
Posteriormente, la familia se fue a vivir a Valencia, a la plaza del Árbol del barrio del Carmen, y Vicente entró como ayudante en una carpintería del Pont de Fusta. Allí comenzó a estudiar las diferentes clases de maderas y aquel joven aprendiz ingresó en la escuela de Artes y Oficios y posteriormente en la Superior de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. Más tarde se trasladó a Madrid, para ampliar sus estudios en la Facultad de Bellas Artes de San Fernando, donde logró licenciarse. Esto le permitió dar el siguiente paso y estrenarse como docente en el Colegio Taller de Sordomudos de la Purísima de Madrid y como auxiliar en la escuela de Bellas Artes de San Fernando. Al regresar a Valencia, ingresó como profesor en el departamento de escultura de la Facultad de Bellas Artes, donde se doctoró, con un estudio sobre su obra escultórica. Poco después consiguió la plaza por oposición y se convirtió en uno de sus profesores más emblemáticos y queridos de esta facultad.
Vicente Ortí ha expuesto en la Galería Juan Mas de Barcelona, Fundación Juan March de Madrid, Feria de Arte Contemporáneo (ARCO) y en ciudades como Basilea, Nueva York, Montreal o Miami, entre otras. Ha sido Premio de Escultura en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia y de la Fundación Española de Barcelona, en 1971 y también primer premio de Escultura de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, Madrid, 1972. En 1980 y 1981 obtiene la beca de la Fundación Juan March y del Ministerio de Cultura de España. Junto a esto, recibió el premio Señera del Ayuntamiento de Valencia en 1982.

Vicente Ortí. El intérprete de la madera

Los críticos reconocen la versatilidad de Vicente Ortí, que trabaja con igual maestría la madera, la piedra y el hierro. Su propia capacidad sensorial, desarrollada tras la sordera sobrevenida en su infancia, le confiere una forma diferente de aproximarse a los materiales, de interpretarlos y escucharlos. Trabaja desde la intuición, no prepara ningún esbozo previo y se deja llevar por el tacto y por sus percepciones. De hecho, Ortí insiste en la necesidad de tocar sus obras y percibir con el tacto detalles sutiles que no se aprecian bien: ondulaciones, protuberancias, detalles nimios, casi imperceptibles a simple vista.
Sus obras buscan la trascendencia espiritual con un diálogo solitario con la materia. Sus creaciones tienen un fuerte contenido erótico, que trabaja desde el recuerdo el cuerpo femenino trasladando sus formas al mármol y el hierro, haciendo también alusión al arte africano primitivo. La evocación erótica se acentúa en sus hierros, en la colección de guerreros.
La madera fue su primer material. Ortí conoce bien las diferentes clases de madera y los instrumentos para trabajarla. En sus obras de madera, el artista busca básicamente la verticalidad. Los torsos son un paso más en su estudio de la madera, y entroncan con el trabajo de la piedra.
Su versatilidad y creatividad para trabajar los distintos materiales hacen de Ortí un talentoso intérprete de la materia, que ha convertido en su vía de comunicación más potente e intensa.

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