La Copa del Rey tiene algo que ningún otro torneo posee: la posibilidad de que un club humilde roce lo imposible. Y eso fue exactamente lo que vivió el Torrent CF el 3 de diciembre de 2025, en una noche que quedará grabada en la memoria del fútbol torrentino, aunque el marcador final —1 a 4 para el Real Betis Balompié— no refleje del todo lo que sintieron jugadores y los 6.680 aficionados que asistieron al encuentro.
El Betis impone su calidad desde el inicio
Cuando comenzó a rodar el balón, se vio rápidamente por qué el Betis milita en Primera. La circulación era rápida, los desmarques precisos y cada llegada tenía la sensación de peligro. Aun así, el Torrent no se escondió. Los hombres de Toni Seligrat presionaron con valentía e intentaron sorprender con balones largos a la espalda de la defensa bética.
A los 12 minutos llegó el primer mazazo: una jugada individual de Rodrigo Riquelme acabó con un disparo cruzado imposible para el guardameta taronja. El talentoso atacante bético se convertiría en la pesadilla de la noche.
Pese al gol, el Torrent no se descompuso. De hecho, tuvo un par de ocasiones para empatar, especialmente una llegada por banda izquierda que el delantero local remató ligeramente desviado. La grada se levantó, creyó, soñó… hasta que, cerca del descanso, Riquelme volvió a golpear. El 0-2 cayó como un cubo de realidad, pero no apagó del todo el orgullo torrentí.
Una segunda parte de resistencia y esperanza
El descanso sirvió para recuperar aliento. Los aficionados siguieron cantando, conscientes de que el fútbol es mucho más que un marcador. Los jugadores locales regresaron al césped con la intención de competir cada balón como si fuera el último.
El Betis, con oficio, controló el ritmo. Y cuando el Torrent comenzaba a estirarse, llegó el tercer tanto: Riquelme completó su hat-trick a falta de un cuarto de hora. La diferencia de categoría era evidente, pero no hubo ningún gesto de resignación en los jugadores taronges.
El gol del honor que hizo vibrar a Torrent
El Ciutat parecía ya entregado a la lógica… hasta que, en el minuto 86, llegó la explosión que todos esperaban. Tras un balón colgado al área, Corbalán apareció en el segundo palo para empujar el 1-3 parcial. Un gol que no cambiaba la eliminatoria, pero sí el significado de la noche.
La afición saltó, gritó, se abrazó. Ese gol era un premio al esfuerzo, a la ilusión y a la historia que la ciudad estaba viviendo. Aunque poco después el Betis cerrara el marcador con el 1-4, nada pudo borrar esa sensación.
Un aprendizaje y un recuerdo imborrable
Al finalizar el encuentro, los jugadores del Torrent CF se acercaron a la grada para agradecer el apoyo. Muchos aficionados se quedaron unos minutos más, sin prisa por marcharse, como intentando alargar una noche que había sido especial pese al resultado.
Para el Betis, fue un trámite cumplido. Para Torrent, en cambio, fue un capítulo inolvidable:
un pequeño gigante enfrentándose con dignidad a un coloso del fútbol español.
El club se va de esta Copa del Rey con la cabeza alta, sabiendo que representó a la ciudad con valentía y orgullo. Y para muchos jóvenes que estuvieron en las gradas, seguramente esta noche marcará el inicio de un amor eterno por el fútbol… y por el Torrent CF.
Toda la sociedad torrentina estuvo representada en la grada apoyando al Torrent CF, desde la alcaldesa Amparo Folgado y la concejal de Deportes, Mª Ángeles Lerma, al Presidente de la Diputacion, Vicente Mompó, la Presidenta de les Corts Valencianes, Llanos Massó. Las Falleras Mayores de la ciudad, Andrea Adelantado y Sara Magán, los capitanes y alféreces Benjamín Sancho, Inmaculada Vallejo, Amparo Planells y María Ros, la Reina del Encuentro, Lucía Mora, así como patrocinadores y empresas colaboradoras del Torrent CF. También pudo verse a la cantante torrentina, Paula Villarroya que en el palco felicitó de parte del club a los presentes la Navidad con el villancico Blanca Navidad.