- “Las secuelas a nivel emocional son numerosas y requieren, en la mayoría de los casos un proceso de recuperación largo y costoso”, según Sonia Ricart, trabajadora social en el Centro de Salud de Manises
- Los trastornos psicológicos más comunes diagnosticados en mujeres maltratadas son la depresión y el trastorno de estrés postraumático complejo
- Durante la pandemia, el aumento de tiempo de convivencia entre la víctima y agresor; un mayor control sobre la víctima y la dificultad para acudir a los centros de asistencia ha agravado la situación de estas mujeres
La violencia de género, es decir, cualquier acto de violencia basada en el género y que daña física, sexual o psicológicamente a la persona, incluyendo amenazas, coerción o privación de la libertad en la vida pública o privada es una problemática que afecta cada vez de manera más evidente a nuestra sociedad, de hecho, solo en la Comunitat Valenciana el número de mujeres afectadas por violencia de género ha alcanzado a 4.909 en 2019, un 2,5% más que el pasado año según datos del Instituto Nacional de Estadística. Además, la pandemia de la Covid-19 no ha hecho otra cosa que agudizar este problema ya que las mujeres maltratadas han pasado durante estos últimos meses más tiempo de convivencia con su agresor. Esto ha causado, junto con la imposibilidad de pedir ayuda y la dificultad de acudir a los centros de asistencia, un evidente agravamiento en las situaciones vividas por estas mujeres.
Sonia Ricart, trabajadora social en el Centro de Salud de Manises y agente de igualdad, explica que “durante mucho tiempo se ha puesto el foco de atención en las afecciones físicas de las mujeres víctimas de violencia de género. Sin embargo, nadie habla de que el 60%tienen problemas psicológicos y emocionales moderados o graves”. Estas secuelas, según explica Ricart, “son numerosas y requieren, en la mayoría de los casos un proceso de recuperación largo y costoso en las mujeres ya que afectan a su salud mental. La mayor parte de ellas padecen trastornos de estrés postraumático complejo y depresión que se manifiestan en sentimientos negativos, autoestima baja, miedos diversos y una inseguridad vital que es necesario que se traten”.
Tanto la salud física como la salud mental tiene que ser prioritaria en la atención sanitaria de estas mujeres ya que el proceso de recuperación posterior es lento y progresivo. “Si descuidamos de la salud mental de las pacientes que acuden a los centros sanitarios, cometemos el error de no abordar el problema en su completa dimensión, para ello, en el Departamento de Salud de Manises trabajamos con estas mujeres de manera multidisciplinar médicos, trabajadores sociales y psicólogos”, explica Sonia Ricart.
El Departamento de Salud de Manises cuenta con casi 200 profesionales formados para la detección precoz de casos de violencia de género y durante el año pasado se realizaron más de 1.500 atenciones a mujeres maltratadas en sus centros sanitarios. “Elcompromiso de nuestro Departamento es firme contra cualquier manifestación de violencia, especialmente contra mujeres. La violencia de género es un importante problema de salud pública, tanto por la magnitud de las lesiones producidas, como por sus consecuencias a corto y a largo plazo sobre la salud de las víctimas, así como la de sus hijos”, explica la Dra. Lola Alfonso, médico de familia del Centro de Salud de Manises y presidenta de la comisión de Violencia de Género del Departamento.
Hospital de Manises