La Policía Nacional ha detenido a 20 personas que estafaron casi 120.000 euros mediante el método del “hijo en apuros”. Se han desarticulado tres grupos criminales que habrían logrado estafar a más de 200 víctimas en todo el territorio nacional empleando técnicas de ingeniería social a través de una aplicación de mensajería instantánea. Los arrestados se hacían pasar por los hijos de las víctimas y simulaban encontrarse en apuros económicos para solicitarles transferencias bancarias. Entre los detenidos se encuentra uno de los cabecillas, que residía en una vivienda de lujo donde tenía instalada una “habitación del pánico” con una puerta blindada que hubo que derribar para acceder a la misma, hallándose en su interior una defensa extensible, un puño americano, un hacha y varios cartuchos de munición.
Los agentes de la Policía Nacional detuvieron en las localidades valencianas de Torrent y Paterna a 20 personas pertenecientes a tres grupos criminales implicados en estafas mediante la modalidad conocida como “hijo en apuros”. Se ha detectado un perjuicio económico superior a los 120.000 euros y más de 200 víctimas en todo el territorio nacional. Los estafadores contactaban con las víctimas haciéndose pasar por sus hijos y simulando padecer algún tipo de apuro económico para solicitarles transferencias bancarias. Uno de los cabecillas residía en una vivienda de lujo donde tenía instalada una “habitación del pánico” con puerta blindada, en cuyo interior se hallaron armas y munición.
Las investigaciones se iniciaron en el mes de junio por parte de agentes de la Comisaría Local de Policía Nacional de Torrent, a raíz de diversas denuncias presentadas en comisarías de diferentes provincias españolas. Las víctimas referían haber recibido mensajes de números desconocidos a través de una aplicación de mensajería instantánea, en los que los estafadores se hacían pasar por sus hijos alegando encontrarse en apuros y solicitando transferencias urgentes de dinero.
Gracias a las primeras gestiones policiales se logró identificar a los titulares de las cuentas bancarias receptoras de las transferencias, averiguando que la mayoría residían en Torrent. Durante la investigación se identificó a las llamadas “mulas de dinero”, personas que utilizaban sus cuentas bancarias para recibir el dinero estafado, retirarlo en efectivo y entregarlo a otros miembros de la organización a cambio de una pequeña remuneración. Varias de estas personas fueron detenidas, incluyendo a algunos intermediarios responsables de coordinar la recogida del dinero en efectivo.
Tras averiguar la identidad del cabecilla de uno de estos entramados, los investigadores culminaron la operación el 27 de noviembre con la entrada y registro en su chalet de lujo ubicado en una urbanización de Paterna. Allí se intervinieron dispositivos electrónicos, un reloj de alta gama, diversas joyas de valor y 830 euros en efectivo. Asimismo, los agentes hallaron una “habitación del pánico” con puerta blindada que tuvieron que derribar para acceder. En su interior se incautaron una defensa extensible, un puño americano, un hacha y varios cartuchos de munición.
Los investigadores comprobaron que el líder era un joven de 25 años que, pese a no realizar ninguna actividad laboral, residía en una vivienda de alto nivel adquisitivo, equipada con aparatos electrónicos de alta gama, ropa y zapatillas de prestigiosas marcas. Poseía cinco vehículos y otro alquilado de elevado coste, a pesar de no tener carnet de conducir. Tras su detención, la autoridad judicial decretó su ingreso en prisión.
En total, han sido arrestadas 20 personas integrantes de tres grupos criminales relacionados entre sí, por su presunta implicación en delitos de estafa, blanqueo de capitales y pertenencia a grupo criminal.
En la estafa conocida como “hijo en apuros”, los autores contactan con las víctimas —generalmente madres y padres— haciéndose pasar por sus hijos mediante servicios de mensajería instantánea o mensajes de texto. Bajo el pretexto de haber sufrido algún percance, solicitan el envío urgente de dinero para sufragar gastos médicos, de viaje o incluso para comprar un nuevo teléfono móvil, justificando así el uso de un número desconocido.